26 mar 2011

Fuerzas de Gadafi amenazaron con cortarles la cabeza a periodistas

 Conforme salían de Ajdabiya y se dirigían a la ciudad de Bengasi, Anthony Shadid, Lynsey Addario, Stephen Farrell y Tyler Hicks se toparon con un retén de las fuerzas de Gadafi. Los cuatro periodistas del 'The New York Times' fueron sacados de su vehículo.

Antes de que los soldados libios tuvieran tiempo de interrogar a los reporteros, los rebeldes abrieron fuego contra el retén oficial. De pronto los periodistas se vieron rodeados de balas que los sobrevolaban por doquier, según su propia narración publicada por el diario neoyorquino.
Tyler salió corriendo. Anthony cayó en una zanja de arena, luego se incorporó y siguió a Tyler. Linsey, instintivamente, intentó rescatar sus cámaras, pero las dejó y corrió detrás del resto. Steve (Stephen), tras ser tumbado al suelo por un soldado, logró escabullirse entre las balas y corrió por su vida.
Todos encontraron refugio en la parte trasera de una pequeña casa de sólo un cuarto. Una vez ahí, los soldados leales a Muamar Gadafi les apuntaron con sus armas, al tiempo que otros los golpearon, vaciaron sus bolsillos y los pusieron de rodillas.
"Dios, no quiero que me violen", murmuró Linsey luego de que fue atada con los cordones de sus tenis. "Tú eres el traductor. Tú eres el espía", gritó un soldado a Anthony.
En esos momentos los cuatro pensaron que morirían. "Dispárales", dijo otro militar en árabe. "No puedes", respondió uno de sus colegas. "Son americanos". Luego, todos fueron atados y golpeados. Linsey recibió un puñetazo en la cara, Steve y Tyler golpes en el cuerpo y Anthony un cabezazo.
Ese martes, antes de que cayera la noche, otro enfrentamiento comenzó, casi tan atroz como el primero. Los cuatro se encontraban atrapados en camionetas en terreno abierto. Por momento, durante la refriega, los soldados estaban en la misma situación difícil que los periodistas, y los ayudaban a cubrirse de las balas rebeldes. Con el paso de las horas, les ofrecieron comida, agua y cigarros.
Tras varios enfrentamientos, lograron tener unas horas de sueño. A las 2:00 a.m. del miércoles, estaban despiertos de nuevo.
Según los periodistas, los soldados tenían la plena convicción de estar luchando contra Al Qaeda o islamistas extremos y no podían entender por qué ellos, como estadounidenses, no podían comprender su lucha. Ninguno de ellos, todos mucho más jóvenes que el coronel Gadafi, podían imaginar a Libia sin él.
Un nuevo grupo se llevó a los cuatro. Eran más duros. Les vendaron los ojos, ataron pies y manos y los golpearon en repetidas ocasiones. Luego los metieron en un camión blindado, donde Linsey fue manoseada. Nunca gritó, pero suplicó que la dejaran. Un soldado cubrió su boca. "No hables", le advirtió.
Media hora más tarde, llegaron a lo que supusieron eran las afueras de Ajdabiya, donde un hombre al que los soldados llamaban 'El jeque' comenzó a cuestionarlos. El primero fue Tyler.
"Tienes una hermosa cabeza. Te la voy a cortar", fue lo primero que dijo al periodista. Otro soldado, por su parte, se burlaba de Linsey. "Puedes morir hoy. Tal vez si, tal vez no", la sentenció.
A las 8:30 a.m. fueron vendados, amarrados y subidos a una camioneta que se trasladó a lo largo del Mediterráneo hasta la ciudad de Gadafi, Surt, a unas seis horas de distancia.
Los cuatro periodistas del 'The New York Times' narraron que se sentían como "trofeos de guerra". En cada retén podían escuchar a los militares corriendo hacia la camioneta listos para poder propinarles con mano propia algunos golpes.
"Mugrosos perros", les gritaban en cada parada.
Al terminar el trayecto, ya entrada la tarde, todos fueron trasladados a una cárcel de Surt. Su celda tenía algunos colchones roídos, una botella para orinar, una jarra de agua y una bolsa de dátiles. Cuando cayó la noche todos se preguntaron si alguien tenía idea de su paradero. Momentos después Anthony fue sacado de la celda para ser interrogado, pero nunca pudo ver a sus captores.
"¿Cómo pudiste entrar sin visa?", le preguntó un hombre. "¿No sabes que podrías ser asesinado y nadie sabría?", continuó. Anthony asintió con la cabeza. Luego, el hombre le explicó quienes eran los rebeldes que combatían, como si tratara de convencerlo. "Son fanáticos de al Qaeda y bandas de criminales armados. ¿Cómo podrían ellos gobernar alguna vez Libia?".
Luego devolvieron a Anthony a su celda y fue entonces que se dieron cuenta de que nadie tenía idea de dónde estaban.
La siguiente tarde, ya el jueves, el grupo sufrió la peor golpiza. Mientras esperaban en una pista de aterrizaje a una nave militar que los llevaría a Trípoli, Tyler fue abofeteado y golpeado con el puño, y Anthony fue golpeado con la cacha de una pistola en la cabeza. Se encontraban vendados de ojos y con esposas de plástico, como ya se les había hecho costumbre. Lynsey fue tocada de nuevo por los soldados.
Cuando los subieron al avión, se hicieron entre ellos la misma pregunta que se repetían en cada parada: ¿Están todos aquí? Pensaban que mientras los mantuvieran juntos, tal vez tendrían una oportunidad de salir vivos.
Tras 90 minutos de vuelo llegaron al aeropuerto de Trípoli, los subieron a una camioneta de la policía con hedor a orina. Los guardias los despojaron de sus zapatos, calcetines y cinturones. Uno de ellos grito al oído de Anthony: "abajo, abajo Estados Unidos". Hizo lo mismo con Steve. "Pero no soy americano, soy irlandés", respondió el periodista. "Abajo, abajo, Irlanda", replicó con fuerza el guardia.
Su libertad estaba cada vez más cerca
Fueron trasladados a dos vehículos más. Luego a otro, no sin que uno de los soldados golpeara con su rifle la cabeza de Tyler.
Después de media hora, los cuatro se encontraban ya en un complejo militar en manos del Ejército. Por el cansancio se desplomaron sobre el piso, aceptando la leche y el jugo de mango que les ofrecían. Vieron cómo les entregaban sus maletas, esas que pensaron no recuperar nunca más.
Un hombre de aspecto rudo se dirigió a ellos en un tono amable. "Ya no serán golpeados o atados de nuevo. Estarán a salvo, y aunque sus ojos permanecerán vendados, son libres de moverse dentro de las instalaciones y nadie los maltratará".
A partir de ese momento, nadie los molestó.
Pero la odisea aún seguía y fueron llevados a un centro de detención que asemejaba más un tráiler de doble remolque. Les dieron ropa deportiva y al caer la noche les volvieron a vendar los ojos para recibir algunas visitas.
"Ahora se encuentran bajo la protección del estado", les dijo un funcionario de asuntos exteriores. Uno tras otros fueron disculpándose con los periodistas por lo que habían vivido. Uno de los funcionarios les pidió entender la diferencia entre los militares leales a Gadafi y el Ejército.
Durante los siguientes cuatro días, ya sintiéndose seguros, los corresponsales del diario estadounidense se dedicaron a luchar contra el aburrimiento. Tyler terminó de leer "Julio César". Lynsey comenzó con "Otelo".

Oficiales libios insistían en que algún diplomático estadounidense o británico viajara a Trípoli en medio de los ataques, pero finalmente fueron diplomáticos turcos quienes sirvieron de intermediarios para recibir a los periodistas en la frontera.

22 mar 2011

Inician los ataques en Libia


EEUU y Reino Unido se unieron a la operación militar contra Libia que este sábado inició Francia con un ataque que destrozó cuatro tanques de las tropas de Muamar Gadafi.
Se trata de la primera fase de la intervención militar denominada ‘Odisea al amanecer’ luego que el dictador libio desafiara la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU y bombardeara el bastión rebelde de Bengasi.
El presidente galo, Nicolas Sarkozy, confirmó al término de la reunión de líderes occidentales y árabes en París, que la ofensiva aérea ya habia empezado. Agregó que la acción militar, que es respaldada por las naciones árabes, se detendrá si Gadafi cede.
Tras el primer ataque aéreo francé, EEUU y el Reino Unido arremetieron desde el mar. Barcos de guerra y submarinos lanzaron 112 misiles que alcanzaron cerca de 20 objetivos. Según el Pentágono, Canadá e Italia también se han unido al combate.
La cadena CNN informó de que los misiles alcanzaron la parte occidental del país, en objetivos situados cerca de Trípoli y Misrata, la tercera mayor ciudad del país.
En tanto, el primer ministro británico, David Cameron, informó que el despliegue militar inglés involucra además a jets de combate. La acción militar es “necesaria, legal y correcta”, agregó.
Desde Brasil, el presidente Barack Obama dijo por su parte que su país estaba preparado para “actuar con urgencia” a fin de proteger a la población libia de los ataques del régimen de Gadafi.

18 mar 2011

Zona de exclusión aérea en Libia

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó establecer una zona de exclusión aérea sobre Libia con el propósito de neutralizar a la aviación de Muammar Kaddafi y proteger a los rebeldes alzados en armas en su contra que resisten, principalmente en la oriental ciudad de Benghazi, bastión de la oposición a la dictadura de la nación árabe.

La resolución fue aprobada por 10 votos a favor -Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Bosnia, Gabón, Nigeria, Sudáfrica, Portugal, Colombia y Líbano- y 5 abstenciones -Rusia, China, Alemania, India y Brasil. Era necesario el voto positivo de 9 de los 15 miembros y que ninguno de los cinco miembros permanentes  vetaran la iniciativa.

El texto autoriza a los estados miembros de la ONU a tomar “todas las medidas necesarias” para proteger a los civiles y zonas pobladas. La resolución llega justo cuando las tropas de Kadafi se acercaban a Benghazi, que ayer fue sometida a intensos ataques aéreos. El régimen había ofrecido incluso un alto el fuego para darles a los rebeldes la chance de rendirse.

10 mar 2011

La OTAN pone condiciones para intervenir en Libia

El secretario de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo hoy que cualquier acción militar por parte de la OTAN hacia Libia deberá basarse en la existencia de una necesidad comprobable y un claro mandato con apoyo en la región.
"Cualquier operación que emprendamos necesita respetar tres principios claves: primero, que haya una necesidad demostrable para una acción de la OTAN; segundo, que haya una base legal clara, y, tercero, que haya un apoyo regional firme", declaró.
Pero existen países miembros de esta organización que ya sólo esperan un pretexto para poder intervenir en el país del conflicto, pero existen otros más que toman las cosas con mayor calma para que así si en un determinado tiempo se interviene no se tome a mal por los paises de Medio Oriente y se busque una solución para las personas Libias y que se garantizen sus derechos humanos.
Como ya mencionaba existen algunos paises, como Gran Bretaña y Francia, que  quieren el respaldo de Naciones Unidas para imponer una zona de exclusión aérea, mientras que las fuerzas de Gadafi luchan con los rebeldes antigubernamentales que tratan de poner fin a sus 41 años en el poder.

Rasmusssen dijo que la OTAN había reforzado la vigilancia en el Mediterráneo y estaba incrementando la capacidad operativa de la fuerza de vigilancia aérea AWACS de la OTAN sobre Libia a 24 horas al día.
Turquía, miembro de la OTAN, que se ha posicionado en contra de una zona de exclusión aérea, ha señalado la necesidad de una resolución de la ONU para que la OTAN intervenga.